Lo hago encantado amigo José. Porque tengo claro que en tu casa... no te esperan. Porque quizas, ni siquiera guarden un buen recuerdo de ti ahora que faltas. Porque te merecias todo lo mejor y... te lo negaron.
Lo hago encantado amigo José. Escribo estas letras en tu postuma memoria, en un debil intento de gritar al mundo... que no te merecias esto.
La gente buena no deberia morir, y menos de ese modo tan cruel, con el corazon destrozado por la pena y el sufrimiento, en la soledad con la que te pagaron tu santa paciencia y buen humor...
Cuando secuestraron a tu hija me decias:
-"Soporto cualquier cosa, pero cada vez que pienso en mi hija, apartada de mi lado, siento un dolor tan terrible que no lo puedo resistir..."
Solo Dios sabe las lagrimas que derramarias en ese pueblo del que dices que no se mueve ni el viento.
-"La partida ha terminado -me decias. -y he perdido. Mi mujer me ha arrebatado lo mas valioso que tenia, a mi reina (mi hija) y las dos torres (todo el dinero). No hay nada que hacer, tan solo me queda... tirar el rey.
Jamas de los jamases pude pensar que lo harias. Me lo estabas anunciando claramente, pero no lo comprendí. Me estabas pidiendo ayuda a gritos, y no supe oirlos. Me pedias un poco de mi compañia... y no fuí a verte...
Maldigo mil y una vez esta estupida venda que a veces nos ciega en lo que debia de ser transparente. Maldigo tu idea de que, sin tí, seriamos todos mas felices. Maldigo a quienes te hicieron daño, a todos, no me importa decirlo...
Dejas en mi, amigo Jose, muchos recuerdos agradables, aprendí contigo valores que no conocia, me diste una nueva vision de la vida, enseñandome a percibir esos pequeños detalles que a todos escapan, pero que, en realidad, mueven el mundo. Fuiste fuente inagotable del saber, educado , respetuoso y ejemplo de amigo verdadero... y con todo eso, me quedo, amigo José.
Que mala leche tiene la vida compañero, que te dió mujer e hijos... y te los quitó, cuando no lo esperabas, te vuelve a dar mujer e hija... y te los vuelve a quitar. Nadie se merece eso, y pocos lo soportan.
Lo hago encantado amigo José. Este es el pequeño homenaje que te rindo, porque no aguanto este cínico silencio, que da a entender, que tras tu muerte, aqui no ha pasado nada, y que el tiempo lo cura todo...
Allá donde estes, prepara el tablero de ajedrez, algun dia jugaremos de nuevo, reiremos, tomaremos café y charlaremos de la vida, como siempre...
Allá donde estes, no temas perder tus recuerdos felices, que yo te los guardo, lo haré encantado, AMIGO JOSÉ...
En memoria de José Alex Garcia.
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